En diciembre se celebró el Día Mundial de la discapacidad. Pero, ¿qué celebramos? Para los que tenemos un hijo o un familiar con discapacidad sabemos que la vida generalmente nos presenta muchos más desafíos que al resto de las familias. Sabemos que a veces sentimos una angustia que nos cierra la garganta. Sabemos que sentimos un dolor que atraviesa el pecho, deseando a veces ser nosotros los que tuviéramos las dificultades y no nuestro ser amado. Sabemos que sentimos una atroz impotencia al ver como se pretenden avasallar sus derechos y luchamos a capa y espada para ser sus guardianes.
Pero también sabemos la maravilla de ver sus logros, la grandeza y sabiduría de estas personitas que a veces nos dan grandes lecciones de fortaleza y resiliencia. Sabemos que con una mirada y una sonrisa pueden arrasar con el cansancio agobiante en un segundo. Sabemos que van caminado a su propio tiempo, a su propio ritmo, pero van, y avanzan, y se superan día a día. Sabemos de sus dificultades, que a veces no son pocas, pero también sabemos de sus posibilidades, que tampoco lo son, sólo hay que saber descubrirlas, desplegarlas y potenciarlas. Sabemos, porque ellos nos lo demuestran día a día, que son capaces de muchas cosas. Y eso nos devuelve el aliento, eso nos da vida, nos fortalece, nos reconforta, nos enseña, nos muestra que “todas las flores florecen”. No son todas de igual tamaño, no son todas de igual color ni fragancia, pero todas son flores, bellas, únicas e irrepetibles.
Aquí están ellos, los protagonistas. Les regalamos este video y aprovechamos para desearles a todos un muy feliz año nuevo, colmado de salud, amor y paz.
Gracias Lau por todo el apoyo que siempre me brindas y tus hermosas palabras que constantemente me empujan a dar más!!
Son capaces de enseñarnos a amar sin límites y de llenarnos de sonrisas. Feliz año! Celebro el crecimiento de este emprendimiento que nos da luz a todos.